Esa es una de las cosas más sorprendentes de la vida. La naturaleza sigue su curso y por mucho que la cuidáramos, obedecería a una evolución planetaria, completamente indiferente a nuestra existencia.
La conciencia de que no somos nada ante ella, de que le resultamos indiferentes, es algo traumático, que sólo es experimentado por aquellos, víctimas de la devastación producida por la naturaleza en sus vidas, con pérdida de seres queridos, vivienda, hacienda, riquezas etc.
Abrazo de oso
Don Claudio
12:23
Martes
20/04/2010
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