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El tiempo que todo lo cubre, los recuerdos, la síntesis de un comienzo, el moribundo final del ladrido del perro.

Somos pájaros enjaulados atesorando lo que fue, en aquellos momentos que nos hicieron de valores incalculables.

Hay que soltar anclas y navegar, el tiempo es tan corto y tan largo cada momento que podemos diluirnos en él.

Puede que seamos como los camaleones, que nuestra piel cambia de color en diferentes momentos al igual que

nuestro pensamiento, y es que es cierto, ninguno sentimos lo mismo, nuestro interior es cambiante, como cambiante

es la historia que escribimos, somos de papel al fin y al cabo, ni de mármol ni símbolos.

Alguien recordara nuestro nombre y en el tiempo seremos una diminuta historia, solo serán aquellos que rozaron

nuestros momentos cercanos.

Puede que el camino venidero sea más incierto, puede que los caminos se cierren y halla que abrirlos en lágrimas dulces.

La persona, se hace habito de lo que va surgiendo, somos el brillo de cada instante.

Ashia

08 Oct 2011 16:39